Este mes de mayo ha sido muy especial para todos los valencianos, ya que se ha conmemorado el centenario de la coronación de la Virgen de los Desamparados, nuestra ‘Mareta’, una celebración que ha dejado ver, una vez más, la unión de las familias y el sentimiento compartido por nuestra tradición.
Hoy, por ello, hablamos del sentimiento familiar que envuelve nuestra fiesta.
Unidad y tradición familiar
La tradición de las familias valencianas en torno a la indumentaria y a la fiesta fallera, y a todo lo que ello representa, es un aspecto emblemático y arraigado en la cultura valenciana. Durante siglos, la vestimenta tradicional de las falleras ha sido cuidadosamente preservada y transmitida de generación en generación, convirtiéndose en un símbolo de identidad y orgullo para las familias.
La importancia de la familia en este contexto es fundamental, especialmente el papel de las abuelas. Desde temprana edad, las niñas valencianas son introducidas en el mundo de las fallas, participando en diferentes actividades y eventos relacionados con la fiesta. Una de las experiencias más significativas es la elección y confección del traje de fallera, un proceso que involucra a toda la familia y fomenta el sentido de unidad y tradición.
En este sentido, como decimos, las abuelas son pilares imprescindibles. Son las manos expertas que colocan las mantillas a sus nietas para las ofrendas, que las acompañan en la elección de cada aderezo y que están presentes durante el peinado y momento de vestirse.
Por eso, este mes de mayo, tan significativo para todos los valencianos y para las familias falleras en particular, ha sido especialmente emocionante.
Pero no podemos dejar atrás a los niños, padres y abuelos falleros, pues la tradición y el sentimiento valencianos es inculcado también a los más pequeños, ya que sin ellos la fiesta fallera no podría seguir celebrándose.
Piezas y sentimientos que se trasmiten con las generaciones
La transmisión de la indumentaria fallera de una generación a otra se lleva a cabo con gran respeto y cuidado. Las madres y abuelas asumen el rol de mentoras, transmitiendo sus conocimientos y experiencias a las nuevas generaciones. Estos momentos de enseñanza y aprendizaje estrechan los lazos familiares y crean un sentido de continuidad cultural.
La importancia de la familia en este proceso va más allá de la transmisión material de las prendas. La indumentaria fallera simboliza la conexión con las raíces y el legado familiar. Cada traje, tanto de hombre como de mujer, guarda historias y recuerdos de quienes lo han portado en años anteriores, convirtiéndose en una especie de archivo familiar. Estos trajes atesoran momentos de felicidad, de celebración y de participación en una tradición centenaria.
Además, el hecho de heredar la indumentaria fallera implica un compromiso con la preservación y el respeto a las tradiciones valencianas. Es una responsabilidad que trasciende lo material y se convierte en un legado cultural que debe ser transmitido a las futuras generaciones.
Alan Indumentaria con la tradición
En Alan Indumentaria, tratamos de preservar este sentimiento día tras día y, sobre todo, Fallas tras Fallas, para que el respeto y el sentimiento por lo que simboliza la familia nunca se pierda y particularmente la abuela siga siendo siempre la pieza imprescindible de esta historia. Y con ellas, las madres.
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